La espiritualidad nos ayuda a darle un sentido a nuestra vida diaria. Como católicos y cristianos, nuestra espiritualidad está encaminada a la santidad, por ello, es necesario irla cultivando desde pequeños, si bien existen los Sacramentos de Iniciación Cristiana (Bautismo, Comunión y Confirmación), también podemos comenzar en el hogar, pero ¿cómo hacer que los pequeños tengan un acercamiento a Dios y a su espiritualidad?
La mejor recomendación es poner en práctica la espiritualidad en la familia, hay varias actividades con las que podemos hacerlo:
- Compartan momentos en la naturaleza: motiva su admiración ante lo que nos rodea, expresa la gratitud hacia la creación de Dios y su belleza.
- Busquen momentos para hacer oración: puede ser al principio o al final del día, invítalos a hablar con Dios y encomendarle siempre sus acciones.
- Acérquense a la vida de los santos y traten de llevar su ejemplo a la vida cotidiana familiar: conocer las obras o vida de los santos nos inspira para encontrar solucioens a los desafíos del diario.
- Participen en algún apostolado compatible con la familia: existen diversos grupos parroquiales en los que los pequeños del hogar también pueden participar y vivir juntos un carisma, recuerda que el primer apostolado es justamente el ser padre o madre.
- Fomenta en ellos el compromiso social: promueve alguna labor en casa, en la escuela o en la parroquia que contribuyan con la sociedad, como visitas a casas de asistencia a niños o personas de la tercera edad.
- Da testimonio de tu espiritualidad: el mejor ejemplo para los pequeños es ver a los padres desarrollando su propia espiritualidad, así, se arraigan en su corazón los valores y principios cristianos.
Recordemos que el mejor modelo de vida espiritual es el de Jesús y el de la Sagrada Familia, y que vale mucho la pena promover en los niños y niñas su espiritualidad y seguirla cultivando con el paso de los años.
